La primera, propuesta por los cuatro países miembros del Grupo Contadora (México, Venezuela, Colombia y Panamá) a las naciones centroamericanas, y suscrito por los gobiernos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, establece directrices para encaminar la paz en el área Fue el resultado de una “reunión caliente” entre representantes de los 9 países, en la cual los problemas de seguridad fueron los principales obstáculos de la negociación Las normas adoptadas para su “ejecución inmediata”, en materia de seguridad, incluyen: la elaboración de un registro o inventario detallado sobre instalaciones militares, armamento y efectivos, por cada uno de los Estados centroamericanos, con el objeto de fijar criterios para la implantación de una política de control y reducción de los mismos, que prevea límites máximos y un balance razonable de fuerzas en la región; la preparación de un censo en cada país y la adopción, de asesores militares extranjeros y de otros elementos foráneos que participen en actividades militares o de seguridad, y la localización de áreas, rutas y medios utilizados para el tráfico ilegal de arma intra y extrarregional con el objeto de eliminarlo Asimismo, se definió la identificación y erradicación de toda forma de apoyo, fomento, financiamiento o tolerancia a grupos o fuerzas irregulares empeñadas en la desestabilización de gobiernos centroamericanos, así como la identificación y erradicación de grupos o fuerzas irregulares que desde o a través del territorio de un Estado centroamericano participen en acciones desestabilizadoras contra otro gobierno de la región El documento contiene normas sobre cuestiones políticas, económicas y sociales: respecto a los derechos humanos, la democracia como base, pluralismo político, comicios con efectiva participación popular, etc En Washington, la Comisión Kissinger recomendó al presidente Reagan políticas diplomáticas y militares paralelas —la vieja escuela del exsecretario de Estado norteamericano—, para rechazar el “avance” cubano-soviético en Centroamérica, desde su “plataforma continental” en Nicaragua El Informe de 132 páginas, de corte netamente militarista, es la reedición de fracasados “programas” estadunidenses Recoge la visión Reagan del problema hemisférico: la filosofía global de los espacios ideológicos, estratégicos, con la paralizante hipótesis Este-Oeste; un mundo maniqueo Pone al conflicto centroamericano como una amenaza a la “seguridad nacional” de Estados Unidos, que cuestiona sus “intereses vitales” y crea inseguridad en la frontera sur del imperio, de los canales marítimos del Caribe y hasta en el propio Canal de Panamá Pone en juego, en definitiva, la credibilidad de Washington ante el mundo